9.7.10

Duelar


Escribir el naufragio. Recoger lo que queda. Inventariar las pérdidas con rigor estadístico. Un pedazo de oreja, dos neuronas, una vena, un puñado de nervios, la alergia crónica a ciertos olores del recuerdo.
Hacer cuerpo ese gesto, pero también, hacerse un cuerpo nuevo, afectado.
¿Es posible irse auténticamente de otro modo? Decir auténtico: un irse sin sustitución.
Y aun ¿es posible irse de todo lo que fuimos? Acaso no se trate de migrar de un cuerpo a otro, sino de desplazarse por la novedad de un continente nuevo, siguiendo el trazado que nuestras pasiones dictan a los sucesivos cuerpos del existir: fisiología, dietética, erótica.
Y aun ¿será posible existir sobreponiéndonos?

1 comentario:

Buscoangeles dijo...

El mar de la tranquilidad.
Cierta vez estuve frente a la Piedra Rosetta, atras un grupo de samurais intentaba ametrallarme con sus maquinitas de fotos y en delante un frances vomitaba su discurso de guia cansado. No se si por que venia de visitar una bodega o porque no entiendo un carajo de frances es que me pude a mirar ese pedaso de piedra tan famoso e imaguinarme que a la izquierda habia escrito Cesar Bruto y a la derecha Oski lo habia interpretado, si dentro de 4.000 años alguien leyera la historia argentina a travez de ellos se podia cometer algun equivoco, A que viene esto, este blog es mi piedra rosetta me atrae como el fuego a la mariposa, y cada vez lo entiendo menos, es mi mar de los sargasos, el mar de la tranquilidad, y yo en un velero.