29.5.15

Arder





Algo estalla en la noche
de pronto
el color irrumpe la monotonía
se expande y repliega
en contorsión.

Arden la pulpa y los hilos
que sostienen el alma
de Babel
bajo las monstruosas figuraciones
de sus sueños.

Danzan al rojo vivo
las cicatrices de los póstumos
que no encontraron destino
y vagan por la eternidad
asustando al viajero.

Ellos no paran de reír
así conjuran la nostalgia
de la porcelana sobre el mantel
metonimia del sabor concernido
por atlas ancestrales.


II

Ojos de muñecas yacen
desorbitados
si nada fuera lo que parece
_dicen, mirando todo_
la belleza no tendría razón
de existir
ni la mano acariciar con piedad
los huesos
del enfermo.

La escritura no salva
_dice la voz de la mano_
si no puede golpear
al que ha golpeado
con la misma mano
que acaricia
la misma que enciende
el fósforo
para escribir su ardor.

a.g.

2 comentarios:

mariano morales dijo...

Muy bueno: la mano que acaricia debe colocarse sobre el golpeador; se llama justicia...

andrea guiu dijo...

Gracias Mariano, por su comentario y por su interés en mi trabajo. Saludos cordiales!