11.11.13

Benjamin ensemble



Puede que sea en los confines de ese silencio donde deberíamos, siempre, leerlo.

Edmond Jabés
 (Libro de los márgenes II)


La encuentra aun doblegado por su pasión rusa.
Le habla de su hijo, de los amigos que han partido a tiempo. De los umbrales, de lo que ve en las calles, del miedo, del asco, de la soledad.
Le pide imperativo que se saque la ropa, mientras busca los lentes que ha extraviado. El cuerpo judío arrodillado sobre la alfombra.
Evoca el mundo objetual de la madre, el costurero, el carretel acechante en algún lugar de la habitación. El fuego en el hogar y la manzana dulce de las navidades.
No le dice querida, le dice Helena, le dice Sarah, le dice Albertine.
Le pregunta qué ha hecho hoy, a quién besó.
Le cuenta que ha estado en la biblioteca.
Cierra los ojos, se deja acariciar. Después le lame los pezones, le huele el sexo.
La penetra con fuerza. Acaba rápido.
Los otros alemanes, afuera.



(de mi libro por venir...)