29.12.11

Tratado de nomadología

 
Sobre todo, no pierdas tu deseo de caminar: Todos los días camino hasta encontrarme en un estado de bienestar y para evitar cualquier enfermedad; caminando he logrado mis mejores ideas, y no conozco pensamiento alguno, por gravoso que sea, del cual uno no pueda librarse caminando... si uno se sienta y se queda inmóvil, más posibilidades habrá de que se sienta enfermo... De manera que si uno sigue caminando, todo estará bien.
Soren Kierkegaard, Carta a Jette (1847).
 
 
Ilustración: El caminante sobre un mar de nubes, obra de Caspar David Friedrich

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