18.12.13

El necesario abandono

A veces tengo la alegría de encontrar estas cosas, de la manera más inesperada. Son fragmentos de una de las ponencias presentadas  en un congreso de literatura brasileña post 70 que después se reunieron en un libro. Traduje lo mejor que pude.



El necesario abandono: sobre desapariciones, fantasmas y mitos. Por Denilson Lopes.

 “ Si la invisibilidad comúnmente tiene un sentido negativo en un primer momento de una política de identidades, tal vez ahora ella pueda significar algo diferente. Ser invisible en una sociedad consumista puede ser una manera de hacer una diferencia por pausa y sutileza. En una sociedad donde todo y todos deben ser visibles a cualquier costo, incluyendo más y más a diversos grupos minoritarios; en este sentido la transgresión y la diferencia son apenas estrategias de marketing. Por cierto, “invisibilidad” no significa esconderse, huir de la realidad, sino simplemente una forma de enfrentar el poder corrosivo del simulacro, el exceso de imágenes y signos, cada vez más desprovistos de sentido.”

¿Como sería posible, entonces, hoy, no sólo una estética sino una ética encarnada en la desaparición en tiempos de máxima exposición, cuando el marginal es “glamorizado”, vendido y empaquetado en las mejores editoras del ramo? ¿El propio silencio no sería apenas un golpe publicitario para valorizar obras y crear un aura en torno del autor? ¿O el deseo de desaparecer en el paisaje, de ser apenas uno más, se podría cifrar como deseo de muerte? Hay un frágil legado de liviandad, una posición, una brecha, si permitimos que un paisaje nos tome y nos reeduque para la delicadeza y para el desamparo.

Habría una liviandad en lo efímero. Si hay un efímero melancólico, constitutivo del Barroco histórico en lo moderno (Baudelaire, Benjamin, Pessoa, etc), que revive y actualiza sin fin el pasado y sus trazos, hay, por otra parte, un efímero positivo, más explícitamente cósmico, que atraviesa la historia de la mirada en la Francia del siglo XIX (cf. Monet) y que me parecen servir de “puente” teórico y estético entre Asia y Occidente, que integra, aceita y transforma la fluidez de los flujos electrónicos, transformando sus efectos y creando flujos imagínicos que tienden a ignorar la urgencia-simulacro del mercado. Un efímero sin melancolía, que reelaboraría, en lo precario y lo frágil, los extractos del tiempo, sus paisajes, sus facciones y sus imaginarios.

Esta levedad en lo efímero es un antídoto que procuraba para la melancolía, para los fantasmas que no nos dejan, para los mitos del pasado que nos pesan. Frente a l dolor suave del pasado que no pasa, una “modesta alegría”. No resistir el empequeñecimiento de las cosas y las personas. El retrato envasado. … La levedad de la deriva, la liberación del peso de la orfandad, dos que desaparecerán. Vestigios de deseos tardíamente percibidos. Encanto al conseguir recordar las dichas tanto como las pérdidas. Suave delicadeza de un ocaso”.


Denilson Lopes es doctor en Letras y profesor de la facultad de comunicación de la universidad de Brasilia, investigador del CNPq. Autor de El hombre que amaba los muchachos y otros ensayos (2002), Nosotros los muertos: melancolía y neo-barroco (1999) y coordinador de Imagen y diversidad sexual (2004) y El Cine de los años 90 (2005)

*la imagen es una fotografía del artista David Trullo titulada "Invisible man", y extraida del blog http://javierdiazguardiola.blogspot.com.ar