6.10.18

Didi y las luciérnagas




Leo y releo en estos días ese libro maravilloso de G. Didi-Huberman, "Supervivencia de las luciérnagas". Para pensar una vitalidad política de supervivencia frente a los poderes, la luciérnaga como metáfora de esa vitalidad discreta y vibrante en medio de la noche/tiniebla, pergeñada por Pier Paolo Pasolini en su artículo contra el fascismo (contra todos los fascismos).

Extraigo, estas ideas y citas:

- la luciérnaga como imagen dialéctica (concepto benjaminiano), destinada a comprender de qué modo los tiempos se hacen visibles, cómo la propia historia se nos aparece en un resplandor pasajero que hay que llamar "imagen". Señales humanas de la inocencia ("Un operador temporal de supervivencias"). Recordemos que Didi sigue el concepto de "supervivencia" a Warburg (hay dos directrices metodológicas es la lectura warburgiana de las imágenes: Nachleben (pervivencia) y Pathosformel).

-define "imaginación" como trabajo productor de imágenes para el pensamiento. La imagen es portadora, a ese título, de una potencia política relativa tanto a nuestro pasado como a nuestra "actualidad integral" y, por ende, a nuestro futuro (92).

- la cuestión de las luciérnagas sería, ante todo, política e histórica. Dice Pasolini: el verdadero fascismo es el que la emprende con los valores, con las almas, con los lenguajes, con los gestos, con los cuerpos del pueblo".

- En la sociedad contemporánea, ese poder sobreexpuesto del vacío y la indiferencia transformados en mercancía.

- Discute a Agamben, en la lectura redentorista de las supervivencias. Darse los medios para ver aparecer las luciérnagas, tarea que exige coraje _virtud política_  y poesía, que es el arte de fracturar el lenguaje, de quebrar las apariencias, de desunir la unidad del tiempo (53).
Sólo la tradición religiosa promete una salvación más allá de todo apocalipsis y de toda destrucción de las cosas humanas. Las supervivencias no conciernen más que a la inmanencia del tiempo histórico: no tienen ningún valor redentor.  (...) No son sino resplandores pasajeros en medio de las tinieblas, pero en modo alguno el advenimiento de una gran luz de toda luz.
-El saber de la luciérnaga es un saber clandestino, jeroglífico, de las realidades constantemente sometidas a la censura.
Es preciso que la memoria sea una fuerza y no una carga (Arendt). Retirarse sin replegarse (Lessing).

"no hay que decir que la experiencia, en cualquier momento de la historia, haya sido "destruida". Por el contrario _y poco importa el poder del reino y de su gloria, poco importa la eficacia universal de la "sociedad del espectáculo"_ hay que afirmar que la experiencia es indestructible, aunque se encuentre reducida a las supervivencias y a las clandestinidades de simples resplandores en la noche" (115).







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