El veranito llegó y, al menos para Córdoba, esto significa una merma considerable de ofertas culturales. Salvo que se interprete que las pulposas muchachas de las noches carlospaceñas pueden ser parte de ellas. O Jesús María... (y muy bien por el comentario de Carlos Schilling en la columna de espectáculos de ayer sobre la inauguración del tradicional evento).
Precisamente, cuando los decibeles bajan y estamos más abiertos para escuchar, leer, mirar, disfrutar, menos presionados por la rutina, lo que se nos brinda tiene una pobreza patética... Por allí salvan los platos alguna que otra película, alguna figura invitada a Cosquín o los festivales de rock en las sierras, pero ciertamente no abundan... ¿por qué, nos preguntamos, la cultura tiene que ser siempre una excepción, un valor agregado, en lugar de ser una necesidad básica de nuestra canasta familiar?
En Mar del Plata, por caso, en plena temporada alta, hay recitales de poesía, y puestas de teatro clásico, además de las obras de entretenimiento comercial que también deben existir para quienes gusten del género.
En Villa Gesell, grandes recitales en la playa, gratuitos, con cantantes y bandas y muchos, muchos espectáculos para chicos. También ciclos de charlas abiertas de escritores e intelectuales argentinos.
Vaya como botón de muestra la programación cultural de la costa para los próximos días que publica La Nación.
Pero no nos desanimemos, no señor, no señora. Buscaremos las excepciones para compartirlas. Que las hay: tanta gente pujante aquí y allá. Y tenemos la red.
Que este también sea un espacio receptivo de sus sugerencias, lectores del blog.
2 comentarios:
Querida Andrea, la respuesta es una sola: La decadencia cultural de Córdoba es alarmante. Vos trabajás en el archivo de uno de los diarios más importantes del país. No hay medio que haya cronicado la historia de Córdoba, como La Voz del Interior. Revisa la sección espectáculos de hace 20 años y comparala con la de ahora. Ahí vas a notar lo que te digo. Qué porqué se llegó a esto. Otro día te cuento mis impresiones.
Un saludo y Feliz Año.
Gracias por responder y por tu aporte, Jorge. Creo que acá hay grandes artistas, escritores, teatristas, qué duda cabe. Y nada nadita casi de políticas de Estado (un festival en una plaza no es una política) para apoyar su actividad (becas de investigación, intercambios con artistas de otros países, y un largo etcétera). Tampoco los empresarios se juegan mucho. Como si la cultura no fuera un bien de todos, parte del bien común, algo que tiene que ver con nuestra identidad, nuestro patrimonio y que nosotros hacemos también, como productores y/o consumidores.
Pero la idea es construir, no la queja por la queja, pues también en mi modesto lugar me siento responsable. Todos podemos aportar nuestro granito de arena.
Me gustaría que me cuentes cuando quieras y puedas sugerencias de sitios interesantes en la red para que compartamos con los lectores sobre estos temas.
Allá en Europa están más familiarizados con la cultura internáutica. Aprovechemos esa posibilidad.
Va un abrazo y feliz 2009 pa ti tambéim.
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